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Quinto libro: "La Historia de Xaverius en Roma"/ Autor: Antonio J. Martín

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           CAPITULO 1

 

En la antigua “Mendacium” la educación era uno de los pilares fundamentales en los que se basaba el conocimiento que tenía la sociedad. No todos podían llegar a ella dado que dependía del nivel adquisitivo que tenía la familia y de sus bienes.

 

Los capítulos que se van a narrar en este relato breve tendrán como protagonista a Xaverius Fortunae, sus orígenes y su historia.

 

Xaverius Fortunae o Xaverius, como se le llamaba, era un chico que había pasado por una infancia traumática. Cuando tenía dos años perdió a su madre “Fausta Amet”, fruto de una fiebre muy alta, que había traído como consecuencia la peste en el año 189 a.C. Su padre “Pircius”, no pudo superar jamás su pérdida, empezando a beber diariamente para acabar convirtiéndose en un alcohólico.

 

A los cinco años de la muerte de Fausta, en uno de sus ataques, Pircius le empujó desde un balcón dejándolo malherido y lo abandonó a su suerte. Acto seguido empuño su “pugio” y se lo clavó en el corazón muriendo en el acto como consecuencia de las graves heridas que se infringió.

 

El “pugio” era el puñal propio de los soldados de las legiones de Roma en torno a los años 100 a. C. y 100 d. C. Lo tenía como objeto de importante valor heredado de su padre, el general Pircius “ General exterminatore”, quién había sido muy conocido por las grandes batallas que había librado con gran facilidad venciendo en todas ellas. Al final acabó siendo la causa de su muerte.

                                CAPITULO 2

 

Xaverius, como se contó en el capítulo anterior, fue abandonado malherido en mitad de la calle cuando por allí pasaba un matrimonio que, nada más ver la situación en la que se encontraba, se apiadaron de él y lo llevaron a su casa, criándolo como un hijo suyo.

 

Tuvo una infancia feliz desde ese momento con esta familia de origen patricio constituida por Aequor Martini, Barbara Perfectus y su hijo Fortuna Jus.

 

Pero un día estaba jugando con algunos vecinos en la calle cuando se encontró un objeto pequeño llamado “Perge” y lo cogió entre sus brazos. Acto seguido sin querer accionó la palanca que le trasportó junto a toda su familia al siglo XX, año 1992.

 

La historia les había adentrado en una sociedad distinta con una estructura nueva y otros valores completamente diferentes, donde la educación había cambiado ya que primaba la competitividad, la desigualdad y la riqueza.

 

En la sociedad actual se llevaba todo el mérito el que quedaba primero en todas las facetas. El resto era olvidado como si no hubiese existido nunca.

 

Nada más acabar la Educación General Básica en la “Ferox Flumen Publicae Scholae” Xaverius fue llevado, como a tantos otros alumnos/as, a la “Melius Est Non Cognoscere Privata Schola”, una escuela privada lejos de su casa, en un pueblo llamado “Fastidiosum”. Una escuela privada ya se sabe, no puedes ir vestido de cualquier manera, no puedes faltar a clase, aunque mucha gente se iba a un restaurante llamado “Ubere Matris Suae”, el único existente en el pueblo y que se encontraba muy cerca del colegio.

 

Pero vamos al grano, Xaverius prefería esta escuela a otra que fuese interna. Empezó el primer curso mal con un primer trimestre desastroso. Lo avalaban sus múltiples deficientes, en Matemáticas y en Lengua y sus numerosos insuficientes en otras asignaturas. Y claro siempre tenía la excusa perfecta para no reconocer su falta de estudio. En el segundo trimestre, con la ayuda de un profesor particular exigente, solo le quedaron tres asignaturas con una mejora considerable de sus notas. En el último trimestre su evolución fue brutal llegando a aprobar todas las asignaturas. Al fin había aprobado Xaverius su primero curso.

 

En segundo curso fue mucho mejor ya que iba aprobándolo poco a poco, excepto la Literatura que iba siempre arrastrando, pero también, al final, la superó, superando todo el curso.

 

En tercero Xaverius demostró que su asignatura favorita era la Historia de España, sacando un diez tras otro diez, como en la mayoría de asignaturas durante los dos primeros trimestres. Pero no pudo con Latín y Literatura, ambas asignaturas gobernadas por una profesora dura de roer. Al final cayeron también con buena nota después de pasarlo mal.

 

El curso de orientación universitaria (COU) es complicado, pero lo que jamás pensó nuestro protagonista es que le iba a costar la misma vida sacarlo. Él estudiaba mucho, pero nada le salía bien. Sus intentos por mejorar día a día caían en saco roto, de hecho, solo hacían empeorar su situación. Un ejemplo claro era la Historia, donde el año pasado siempre estaba luchando por sacar el sobresaliente ahora su meta era aprobar, algo insólito, y no es que cambiara mucho la asignatura del año pasado con respeto a la de este año. La historia del año pasado versaba sobre España y esta refería al mundo actual.

 

El primer trimestre fue mal, con tres suspensos que había tenido. Pero solo era un avance de lo que vendría después.

 

En el segundo trimestre, el día de entrega de notas fue criminal. Cada hora que iba trascurriendo se convertía en una asignatura suspensa hasta caer la friolera de cinco suspensos en su mochila.

 

Con ese currículum llegaba a un tercer trimestre desahuciado por la necesidad de aprobar fuera como fuese y, en vez de eso, acabó humillado con siete suspensos, habiendo aprobado solo en la parte de la literatura el comentario.

En los exámenes finales redujo de siete asignaturas a tres. Y lo que parecía imposible se produjo en el curso previo de Selectividad donde Xaverius demostró porque lo llamaban “el mago” aprobándolo todo. Había pasado de tener un récord histórico de siete suspensos a aprobarlo todo.

 

Tras un descanso breve de unas semanas, en ese mes de agosto y en septiembre el estudio para la preparación de la Selectividad fue brutal.

 

Producto de esa presión a la que estaba Xaverius sometido una de las noches tuvo un sueño irreal: estaba con unos amigos de su pueblo buscando a otro en la feria. Él ya había visto a quien estaban buscando en una caseta de la feria y lo comentó para que dejaran de buscarlo. Acto seguido ellos le dijeron que eso era imposible y que mirara en los columpios. Xaverius se negó porque sabía que no estaba allí y aludió a lo dicho con anterioridad. Apareció el amigo y cuando le preguntó donde había estado él confirmó las sospechas de Xaverius. Curiosamente este amigo que habían buscado le presentó una amiga que coincidía que estaba en su clase pero solo la conocía de vista. De pronto de no conocerla apenas se enamoró locamente de ella. Esa chica se llamaba Marta pero la conocían en la clase como “Martita”, sin poder dejar de pensar en ella y lo peor es que estaba a dos días de Selectividad. Sus amigos se rieron diciéndole que tenía una depresión y así era.

Menos mal que despertó dándose cuenta que jamás antes le había gustado esa chica. Xaverius pensó que la próxima vez que volviera a soñar sería una vez aprobada la Selectividad y hacer la carrera que le gustase yéndole mejor que hasta ahora.

                                CAPITULO 3

Como conté al final del capítulo anterior Xaverius pudo escaparse del sueño que tanto le atormentaba. Y como esperaba, pese a que nadie creía en él, aprobó la Selectividad. Actualmente estudia Magisterio. Olvidado en el pasado tenía un áspero recuerdo de aquellos años duros pasados en la “Melius Est Non Cognoscere Privata Schola” donde fue sin quererlo.

Ahora, después de acabar COU y realizar la Selectividad, Xaverius ve el pasar del tiempo, el cambio producido en él, los años de angustia que pasó, pero todo eso forma parte del recuerdo porque la vida sigue y tiene que seguir viviendo nuevas experiencias, muchas aventuras ya que todo un mundo le acecha por delante.

A partir del momento en que se enteró de que había aprobado la Selectividad, un jueves 25-09 -1997 a las diez y veinte de la noche, que venía del cine de ver una película llamada “Air for one”, no había vuelto a soñar nada igual y espera no volverlo hacer.

 

Para acabar este segundo capítulo se van a contar dos anécdotas que le ocurrieron a nuestro protagonista haciendo el número de cuatro. La primera tuvo lugar en la “Ferox Flumen Publicae Scholae” cuando cursaba cuarto de primaria de la EGB. La anécdota se produjo cuando nuestro protagonista se apuntó a una obra de teatro para escenificarla delante de todos los padres. En ella solo tenía que decir una frase, pero cuando llegó ese momento, al verse ante tanta gente empezó a tartamudear con el nerviosismo propio que tenía aunque al final la dijo. La segunda anécdota tuvo lugar el día de su cumpleaños, cuando su mejor amigo, hasta entonces, le regaló una cinta de música de su grupo favorito y unas golosinas. Xaverius se puso tan contento que empezó a hablar con su amigo olvidándose por completo que estaba en clase hasta que escuchó de voz del profesor como éste le decía: “Xaverius a la calle”. En ese momento Xaverius se puso blanco ya que sabía lo que le caería en casa. Ese día le formaron una bronca tan grande que decidió que jamás se volvería a producir y así ha sido.

                                CAPITULO 4

Cuando supuestamente acabó ese maldito sueño le fue todo muy bien en Selectividad con la nota tan buena que sacó. Xaverius entonces se las prometía muy felices en la carrera de “Magisterium” que iba a iniciar en la especialidad de Primaria, con el desarrollo de un buen año y el conocimiento de nuevos amigos.

Pero eran tantas cosas buenas a pedir en un mundo tan imperdonable, tosco y miserable en el que reina la suciedad como la delincuencia, envidia, competitividad que algunas personas la niegan conscientemente.

Pero vamos a lo que interesa. El año empezó bien: en diciembre había aprobado algunas asignaturas como Tutoría, Inglés o Literatura. Lo que le posibilitó tener un período de Navidad muy tranquilo en su pueblo, pero como dicen lo bueno acaba pronto.

Enero empezó pronto con la realización de algunos trabajos, bastantes exámenes y mucho que estudiar. Seguía aprobando otras asignaturas como Lengua instrumental, Religión o Dibujo.

Pasaban muy rápidamente los meses hasta que llegaron las prácticas que duraron nueve días desde el 27 de abril al 8 de mayo en la “Iter Luminis Carta Scholae”. Al acabar estos días siguió con sus clases ordinarias. En Didáctica expuso, junto a otros compañeros, un tema; en Educación Física se realizaban juegos prácticos como el fútbol o baloncesto.

Llegó junio y, con él, los exámenes finales. Xaverius solo pensaba en que como no aprobara rompería su relación con este mundo miserable sin volver a dirigirle la palabra jamás.

Tras estar unos días malo, el otro día Xaverius llamó a un compañero para ver como había salido en la asignatura de Matemáticas y cuál fue su sorpresa que el maestro “Paulo Manducat” había aprobado a su compañero y a él le había suspendido, con lo que el cabreo que se pilló Xaverius fue descomunal.

Sabiendo que si estudió solo un poco había suspendido Matemáticas, ahora conoce de primera mano que solo rindiendo al máximo podrá aprobar el mayor número de asignaturas.

Para acabar con este tercer capítulo se va a narrar una anécdota que ocurrió esa Navidad. Trataba de un juego que siembre hacía la familia de Xaverius el día 31 de Diciembre para acabar el año. Consistía en coger un papel en el que cada componente apuntaba tres deseos. Uno de los que Xaverius había escrito era aprobar todo el curso en Junio. Uno de estos deseos se le cumplió al poco tiempo de hacer ese juego. Este deseo tiene que cumplirse si o si, esperando que cada examen sea aprobado tras aprobado, con la finalidad de, que al acabar este período de exámenes, quede limpio para segundo.

                               CAPITULO 5

Como siempre al final pasó lo de costumbre: le quedó alguna asignatura. Esta vez, después de haber rezado más avemarías y padrenuestros que en toda su vida, se llevó dos suspensos. Las asignaturas fueron Matemáticas y Psicología.

Cada vez que piensa lo injusta que es la vida le daban nauseas. Para él ya nada tenía sentido. No tenía bastante con sus problemas de movilidad, sino que para colmo, después de tanto estudiar, no tenía suerte con las notas. Estaba harto de la misma mierda de siempre.

 

Al final del mes de Junio, hechos los exámenes, alguna ilusión tenía. Sabía que era una tarea ardua y difícil pero no imposible. Ahora después de ese seis de julio, día en que la vida se cagó en Xaverius, se fue todo a la mierda y con ella también su existencia.

Xaverius, hijo adoptivo, del matrimonio entre Aequor Martini y Barbara Perfectus, tenía muchos celos de su hermano Fortuna Jus, que aprobaba los exámenes de su carrera de 3º de “Iustum”con muy poco esfuerzo. Siempre que entraba a su habitación nunca estaba estudiando, pero luego las notas se materializaban en sobresalientes y matrículas. Mientras Fortuna era el rey de la casa, Xaverius se consideraba como la oveja negra del establo. El odio y la envidia hacia él iban creciendo por momentos. A veces pensaba en vengarse de toda su familia dándole muerte por ser el honor de la familia.

Lo que tenía claro es que o cambiaba la situación o se pasaría toda la vida siendo la sombra de su hermano perfecto, comiéndose los despojos que él iba dejando en el camino y no sería nadie en este mundo. Por otro lado tampoco podía quejarse mucho ya que se esperaba un máximo de cuatro. Es más en alguna asignatura como Educación Física le habían puesto notable.

Eso sí el verano se había jodido para Xaverius a partir de aquél 8 de julio. Se fue a su pueblo para instalarse definitivamente durante el verano siguiendo un plan de estudio muy estricto. Este plan consistía en sesiones de trabajo de ocho y media a dos por las mañanas. Por las tardes tres días a la semana tenía clases de Matemáticas de cuatro y media a cinco y media. Luego continuaba hasta las ocho estudiando Matemáticas o Psicología. A las ocho terminaba su jornada de estudio.

Xaverius se había planteado cometer una locura como quitarse la vida si no aprobaba, porque estaba harto de que nada le saliese bien. Además nadie le echaría de menos ya que era la oveja negra del establo, y solo constituía una pequeña mierda en la feliz vida de los demás.

                               CAPITULO 6

Como había contado al final del capítulo anterior, el verano del primer año de “Magisterium” para Xaverius se presentaba muy agridulce ya que con dos suspensos solo existía la posibilidad de estudiar para aprobarlas pero con menos ganas que un burro para estudiar.

 

Se presentó en diciembre a las dos asignaturas que le quedaban por aprobar sin tener esperanzas en sacar algunas de ellas por el simple hecho de que no había estudiado nada.

En principio así fue. La Psicología estaba suspensa con un dos y medio. Una vergüenza de la que era muy difícil reponerse, casi se muere de un infarto cuando le dijo la profesora la nota. Con las Matemáticas más de lo mismo otro suspenso. Aunque un suspenso muy dulce ya que se llevó una grata sorpresa cuando al hablar con el profesor éste lo primero que le pregunto fue si había realizado el examen del segundo parcial a lo que Xaverius contestó que no.

Sin dejarle tiempo para pensar a Xaverius le dijo que en su primer parcial había obtenido como nota un seis. A continuación le ofreció una oportunidad para aprobarla realizando el segundo parcial a la mañana siguiente a lo que Xaverius accedió y aprobó la asignatura.

                               CAPITULO 7

 

Echó la matrícula para el curso de segundo de educación primaria en septiembre de 1998 incluyendo la asignatura suspensa “Psicología” que aprobó en febrero con un cinco. El año 1998/99 fue el mejor de los dos que llevaba en “Magisterium” habiendo superando asignaturas difíciles como Psicología, que pasó de tener en el primer examen un cero a un cinco en febrero, CCNN con un profesor maniático o Lengua que, en principio, le cateó, pero al ir a ver su examen Xaverius el profesor le hizo una propuesta. La propuesta consistía en llevarle al día siguiente cincuenta figuras métricas del mismo texto utilizado en el examen contando con las que tenía bien. Fue una tarea ardua y difícil pero al final lo consiguió. Hubo asignaturas “cenicientales” como Pedagogía dada por un profesor medio tarado pero a su vez un capullo de buen gusto, Matemáticas que la daba una gran persona, Religión cuyo profesor era un hombre muy honesto y las Prácticas de segundo curso que le fueron muy bien.

                               CAPITULO 8

El único negativo que hubo para Xaverius fue la asignatura de CCSS dada por una persona sin escrúpulos que suspendía a ton ni son y cuyas invenciones eran tan grandes que apenas nadie aprobaba. De hecho Xaverius no estaba de acuerdo con sus métodos y cuando se lo hizo saber peor lo pasó en dicha asignatura porque ella no era capaz de aceptar las críticas. Al final consiguió aprobar la asignatura a finales del segundo curso y su tiempo de descanso en el verano fue simplemente maravilloso.

                               CAPITULO 9

El tercer año fue si cabo aún mejor. No suspendió ninguna pudiéndose permitir el lujo de sacar varios sobresalientes como el caso de Nuevas Tecnologías aplicadas a la Educación en cuya materia realizó un programa de radio junto a tres compañeros. El programa que hizo con estos compañeros y amigos con los que se llevaba muy bien fue un éxito lo que reportó una excelente nota y los cuatro compañeros/amigos se lo pasaron genial llegando incluso a realizar un ensayo con tomas falsas que siempre permanecerá grabado en su memoria.

Posteriormente continuó dos años más realizando su segunda especialidad de Magisterio en Audición y Lenguaje. En esta especialidad le fue bastante bien y conoció grandes amigos con los que salía las noches de los jueves en los años de la movida granadina.

Pero llegaron los años duros de las oposiciones donde fracasó estrepitosamente y se pasó al desolado mundo de la más triste soledad que jamás hubiese existido antes, hasta tal punto que su familia adoptiva dejó de hablarle y lo echaron de casa para siempre.

Solo, sintiéndose un fracasado veía como su mala suerte había tocado techo y sin pensar en que se podía remontar frente a las adversidades cogió un objeto punzante y se lo clavó en el corazón hasta que murió desangrándose lentamente en el escalón de aquella fúnebre casa.

La historia de Xaverius siempre estuvo destinada a un triste final al no recibir nunca un atisbo de cariño.

                                                                                                                                                                        Fuente: "La Historia de Xaverius en Roma"

                                                                                                                                                                                    Autor: Antonio. J. Martín

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